En otros tiempos los edificios eran solemnes, reposados y esbeltos, elegantes, en la sabiduría que da la historia y en la certeza de que no es necesario ser siempre distinto. En el convencimiento de que el artista se expresa siempre, en los pequeños detalles, en las decisiones. Christopher Wren no necesitó inventar una nueva arquitectura para construír la Catedral de Londres. Orden clásico y proporciones armoniosas, detalles estudiados, y la presencia que sólo la sencillez, el espacio y las dimensiones pueden dar.
Uno de los arquitectos más afamados de la actualidad, Jean Nouvel, ha diseñado unas oficinas con zona comercial en frente del edificio de Wren. Los detalles están bien resueltos, pero el conjunto es una víctima más de la moda de los edificios rotos, de los ángulos imposibles y las luces rojizas. Víctima de la fecha de caducidad. Dentro de treinta años la Catedral seguirá brillando, pero One New Change ya no existirá. Al tiempo.
En un detalle inesperado de sabiduría, las paredes del edificio, como una nueva calle artificial, enmarcan la cúpula de St. Paul´s con reverencia, como si los escaparates retorcidos fueran capaces de descubrirse la cabeza y decir "Chapeau!"
Uno de los arquitectos más afamados de la actualidad, Jean Nouvel, ha diseñado unas oficinas con zona comercial en frente del edificio de Wren. Los detalles están bien resueltos, pero el conjunto es una víctima más de la moda de los edificios rotos, de los ángulos imposibles y las luces rojizas. Víctima de la fecha de caducidad. Dentro de treinta años la Catedral seguirá brillando, pero One New Change ya no existirá. Al tiempo.
En un detalle inesperado de sabiduría, las paredes del edificio, como una nueva calle artificial, enmarcan la cúpula de St. Paul´s con reverencia, como si los escaparates retorcidos fueran capaces de descubrirse la cabeza y decir "Chapeau!"