Ignorante y escéptico (converso) del fútbol como soy, he de confesar que me alegro de que estemos en la Final del Mundial, se gane o se pierda (no conviene hacerse muchas ilusiones para no caerse desde muy arriba, como con casi todo). Hay que reconocerle a estos eventos deportivos que transmiten una emoción inigualable y universal, emoción que desde la distancia es ahora cuando empiezo a entender.
Lo dicho, que disfrutéis del fin de semana y sobre todo de la Roja.
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